EUROFESTIVAL 2005 ● ARANDA DE DUERO
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Número 2 Lunes 25 de Julio de 2005, Number 2 Monday, 25 July 2005
- La fiesta marca el inicio del Eurofestival
- Una misa para todos.
- Inauguración de la exposición "Y van 13"
- "SEÑORES, SEÑORAS… EUROPA ESTÁ EN ARANDA", Inauguración Oficial del Eurofestival 2005
- Los países europeos abrieron sus puertas en la Eurovilla
La fiesta marca el inicio del Eurofestival
La noche del sábado 23 estuvo caracterizada por una gran fusión cultural. Los primeros sonidos corrieron a cargo del grupo asturiano La Sidrina de Lugones – Asturias que ataviados con sus trajes tradicionales pusieron el toque celta de la noche a base de gaitas, castañuelas y bailes folklóricos. La actuación estuvo animada, pero el hambre pudo más que el espectáculo, por lo que a excepción de algunos curiosos que se acercaron a echar una ojeada, la mayoría optó por unirse a la larga cola que había para cenar. Sin embargo, la espera estuvo amenizada por el sonido de la música que llegaba desde la carpa y por el grupo Guru Guru Gong, que hizo un recorrido por el recinto realizando malabares a ritmo de timbales. Más tarde, la gente que se acercó a la caseta de este grupo arandino pudo disfrutar de los "mojitos", el vino y la tortilla de patatas que allí se servía. Esta formación quiso conectar con el público a través de la mezcla de ritmos y canciones tradicionales africanos con el ambiente europeo que se respiraba y consiguió que una veintena de personas se animara a bailar en un corrillo intentando imitar como podían los movimientos de cadera de las componentes del grupo.
El ambiente estuvo en el lugar de la cena en la que los jóvenes montaron su propia fiesta a base de conciertos improvisados entonados con ganas y al unísono por todos los países europeos. Tuvieron un especial éxito las canciones españolas como "Porompompero" y "¡Que viva España!". Estos coros fueron surgiendo en diversos puntos de La Calabaza y se entremezclaron con el sonido de la gaita de un joven y el de una trompeta que entonaba "La Cucaracha". Todo ello, unido a un éxtasis de aplausos, gritos, saltos, etc. convirtió a la velada en una diversión sin igual. Finalmente, mientras unos se fueron retirando agotados a sus tiendas de campaña, otros continuaron la fiesta bailando en la carpa hasta que el cuerpo aguante |